Vicente de Paúl nació el 24 de abril de 1581 en una familia campesina de Pouy, en el Sur-Oeste de Francia. Estudió teología en la Universidad de Toulouse, ordenándose sacerdote a los 19 años y completó sus estudios durante un año en Roma, antes de ir a París a finales de 1608.

En París, Vicente, bajo la influencia de Pierre de Berulle, sabio guía espiritual, comenzó gradualmente a ver que ayudar a otros era más importante que seguir sus ambiciones personales. Durante unos años Vicente trabajó como párroco en la parroquia en Clichy, cerca de París. En 1613 fue tutor de los hijos del general de las galeras francesas y en 1617 capellán de los esclavos de las galeras. Poco a poco se fue interesando por los campesinos de las propiedades del general, dada su terrible condición de vida. En 1625 ya había influido en varios jóvenes, algunos de ellos sacerdotes, para que se unieran a él formando un grupo religioso que se llamaría Congregación de la Misión conocido como Lazaristas, Paúles, Vicencianos, Paulinos. Vicente y sus compañeros y amigos trabajaron con las personas pobres del campo de los alrededores de París, enseñándoles a conocer a Jesucristo y la Buena Nueva del Evangelio y ayudándoles a obtener comida y vestido.

“Vicente fue un gran obrero en red” y colaborador. Formó diversas asociaciones de seglares pudientes, especialmente las Damas de la Caridad, en primer lugar en París y después en toda Francia. Vicente las convenció a que dedicaran algo de su tiempo y dinero a ayudar a los pobres. Empezó varios hospitales, incluyendo uno en Marsella para los convictos sentenciados a las galeras. Se le pidió varias veces que actuara como mediador en las guerras de religión que asolaban Francia. Con Luisa de Marillac, una colaboradora de gran talento y sensibilidad, empezó el primer grupo de mujeres de tipo religioso dedicado completamente a obras de caridad fuera del claustro, grupo que se llamó Hijas de la Caridad.

Vicente fue más un hombre de acción que de teoría. Fue un pragmático, por lo que su espiritualidad era sencilla, práctica y sincera. Miraba a Cristo como su líder e intentó traducir el mensaje del Evangelio a resultados concretos.

Además de ser un gran organizador, fue un hombre de fe profunda, hombre de oración y un gran místico. La gran cantidad de servicios que puso en marcha para los pobres eran algo más que una mera filantropía. Estaba enraizado en el Evangelio de Mateo 25 donde Jesús dice:

Vicente murió el 27 de septiembre de 1660, y fue canonizado en 1737.

 El amor es creativo hasta el infinito
San Vicente de Paul 1581 – 1660

Nació en 1591, no conoció a  su madre, pero fue reconocida y cuidada por su padre, miembro de la aristocracia francesa. Cuando su padre se casó, Luisa pasó un tiempo difícil ya que fue enviada a estudiar interna a un convento dominicano donde estaba su tía religiosa. Esta experiencia agudizó en ella su carácter reflexivo, sus grandes cualidades intelectuales, así como su deseo de ser religiosa. Cuando su padre murió y los recursos económicos eran limitados, vivió en una pensión dónde tuvo la oportunidad de aprender muchas tareas domésticas y de organización.

Luisa se casó con Antonio Le Gras, secretario de la Reina de Francia, pero su felicidad matrimonial fue efímera debido a la precaria salud de su esposo. Tuvo un papel directivo en las Damas de la Caridad, organización de mujeres ricas dedicadas a ayudar a los pobres.

En 1629, Vicente de Paúl que en 1625 había fundado la Congregación de la Misión (Paúles), invitó a Luisa a ayudarle con las Cofradías de la Caridad en las parroquias de Francia. Estas tareas fueron terapéuticas y formativas para su futuro trabajo y el de la familia Vicenciana. Luisa visitaba los lugares donde se prestaban servicio las Hermanas y las voluntarias de la Caridad para asegurarse de la calidad del servicio que se ofrecía; revisaba las cuentas, hacía informes y animaba a las trabajadoras y voluntarias a ver a Cristo en aquéllos a quienes servían. A través de este trabajo, obtuvo un conocimiento profundo de las necesidades de los pobres, desarrolló sus cualidades innatas de dirección y buscó estructuras eficaces para el servicio. El 29 de noviembre de 1633 empezó, en su propia casa, a preparar a las jóvenes para atender a las necesidades de los pobres y lograr el apoyo de vivir juntas y surgió la comunidad de las Hijas de la Caridad. Luisa aportó liderazgo y dirección experta al desarrollo de la red de servicios que ella y Vicente iniciaron.

 Luisa, que murió el 15 de marzo de 1660, sólo unos meses antes de Vicente de Paúl, fue proclamada Santa por la Iglesia en 1934. En 1960 el Papa Juan XXIII la proclamó Patrona de todos los Trabajadores Sociales. Como esposa, madre, maestra, enfermera, trabajadora social y fundadora, Luisa es un modelo para todas las mujeres. Hoy vive en las 21.000 Hijas de la Caridad que sirven a lo largo del mundo, así como en sus muchos colaboradores.